la colección

dE

Jaume Busoms

per Jaume Busoms

¿Qué sentido tiene una colección?

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Es una pregunta que me he formulado infinidad de veces. Y con el  paso del tiempo las respuestas nunca han sido las mismas. En mi caso me inicié con la ilusión, la ilusión de evocar un pasado. Seguí con el entusiasmo, el entusiasmo de realizar un proyecto. Llegué al máximo, o toqué fondo, con la ambición, la ambición del reconocimiento. Después empecé a entender que no era propietario de nada, sino un simple depositario. Y ahora, la única certeza que tengo es que estoy disfrutando de una colección, que dentro de unos años, seguro, estará en otras manos. Mientras, a través de las imágenes, la comparto. 

No se trata solo de almacenar. No se trata solo de obtener beneficios económicos, que son muy lícitos. No se trata solo de perseguir el “yo tengo más que tu”. Pero en todas estas expresiones hay  el término “solo”. Porque almacenar, obtener beneficios y un punto de vanidad son características propias del coleccionismo

Una pieza vieja, la que sea, suele ser un estorbo. Si la distingues enmarcándola, poniéndole una peana, o colgándola de la pared, pasa a ser un objeto al que se le atribuye un cierto valor (cultural, vivencial, o cualquier otro). A la que tienes tres, ya es una colección.

Me inicié en el coleccionismo de raquetas antiguas, por un profundo sentido de evocación. Mi objetivo era tener tres raquetas: una Slazenger Challenge nº1, una Dunlop Maxply Fort, y una Wilson Jack Kramer Autograph. Porque evocaban mi adolescencia, cuando me inicié en la práctica del tenis. Como chico de clase media, y como tenista mediocre tirando a malo, bastante malo si soy sincero, tenía pocas posibilidades de obtener raquetas de este nivel. Para mi estas raquetas eran el lujo tenístico, el súmmum, el no va más. Por esto cuando, hace muchos años, encontré una de estas tres raquetas en un mercado de antigüedades no pude evitar la tentación de comprarla. Y ahora, aún, me pasa lo mismo.

Primero mediante los viajes y después a través de internet fui ampliando la colección. Me he autoimpuesto límites: Nunca más de trescientas y hasta la década de 1980. Por eso la colección ha sido dinámica, con entradas y salidas, pero siempre intentando que mantenga un sentido. La hoja Excel ha sido básica para tener bien ordenadas todas las raquetas. Año y país de fabricación. Características del marco y del cordaje. Coste y transporte. Y lugar o manera de conseguirla.

Siempre que tengáis una raqueta en las manos, pensad en el tiempo que hace que existe. En el contexto en que fue creada. En la belleza de su forma. En el significado y simbología de su decoración. La raqueta antigua es un objeto deportivo, lúdico y cultural